Por la mañana, visitamos la ermita de San Andrés y todas cumplimos con los rituales que manda la tradición. A pesar de que el tiempo no acompañaba demasiado, dejamos una piedra en el muro de la ermita para que cuando llegue el día de testimonio de que estuvimos allí, bebimos del fuente de los tres caños pidiendo un deseo y echando la miga de pan y las más animosas, dieron las nueve vueltas alrededor de la ermita.
Comida en Cedeira y algo de tiempo libre para visitar esta localidad costera.
A la vuelta, parada en Lugo para visita rápida, tentempié y regreso al pueblo totalmente satisfechas del día vivido.
El testimonio fotográfico a continuación.
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